Dos Mesas Monte es el título de la exposición que Rodríguez-Méndez presenta, sobre dos mesas.
Región de validez As Neves, Pontevedra, 2007-2017
Cada mes durante diez años, mi madre, sastra de profesión, confecciona un pantalón y una camisa con las dimensiones de mi padre, que envía a mi dirección en Madrid en un paquete que nunca abro. Una acción que uso como pretexto para recibir y acumular mi nombre escrito por ella sobre un embalaje que contiene una información física y actual de mi padre.
Este proyecto concluirá con 97 hombres sentados en la iglesia. durante el ritual funerario de mi padre. Cada uno de estos hombres llevará vestido la camisa y el pantalón contenidos en los paquetes.
Ir Madrid, 2018
Dos líneas paralelas de color dorado sobre papel sulfurizado. En mi mano una esfera de 6cm. de diámetro impulsa un marcador que se desliza por la superficie pulida de la esfera interrumpiendo la línea. La obra se presenta con los 100 papeles superpuestos, de manera que se llegue a formar una esfera perfecta aunque ésta nunca sea percibida.
El título hace referencia al monte como superficie simbiótica que habla de origen. Las obras parecen habitarlo y ser partícipes de su propio misterio. El monte es una elevación que se encuentra más cerca, firme en su base y de superficie tan sensible que lo que en ella se encuentra es palabra perfecta. El monte es una elevación selectiva que comprende el misterio del que lo habita. Ese misterio es lenguaje y éste se encuentra a sí mismo, transformador, y en asombro de ser recordado. El monte es ascensión, altura, que recibe al que en él se suma, al que sube y dice desde él y su permiso. El monte es una frecuencia de cima. Sobre él la misma frecuencia es nombre y multiplicación.