Sometimes you´ve gotta break the rules / A veces hay que romper las reglas, (fotografía, cerámica y pintura, 2019-22) es un proyecto site-specific desarrollado de forma clandestina en la Royal Academy of Arts (London) que gira en torno a la percepción del objeto artístico, la historia de la RA, la temporalidad de los símbolos de la educación artística académica y los principios capitalistas que actualmente condicionan y definen el ecosistema del Arte y el mercado.
El núcleo de este proyecto es una colección de obras cerámicas en negativo resultantes de una técnica similar al tradicional “frottage” sobre papel. En este caso, los volúmenes impresos se forman después de presionar cuidadosamente esferas de arcilla sobre diferentes superficies de la colección de copias escultóricas en escayola que albergan el Life Drawing Room, el Cast Corridor y el Vaulted Corridor de la Royal Academy of Arts. Irónicamente, el título del proyecto proviene de un eslogan popular de la década de 1980 de una conocida cadena de hamburguesas.
Los títulos de estas piezas cerámicas (Royal Burgers) juegan con la dualidad asar/cocinar y modelar/tallar. Los objetos abstractos resultantes no tienen conexión con la lógica de la cerámica tradicional y ninguno de ellos puede retener líquidos o cumplir ningún uso funcional o doméstico. Estas piezas irreconocibles, reflectantes y de apariencia dúctil, forman una colección cerámica en clave que “parasitó” salas y pasillos de la institución (RA) durante más de un año y de manera esporádica sin que las autoridades de la misma se percataran.
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En la noche, el silencio es interrumpido por unos pasos inquietos. La imagino subiendo altos peldaños de majestuosas escaleras que desembocan en pasillos cuyos finales se pierden en la oscuridad. Envuelta por el frío del mármol, la percibo nerviosa, con la respiración agitada y el corazón acelerado. Quizá, al mínimo atisbo de peligro, corra a esconderse tras los pesados bloques que sostienen cada una de las esculturas, cerca de los pliegues de los paños, de las hendiduras de los torsos y de las masas de pelo serpentinas.
La serenidad y la intemporalidad de las formas elevan la imagen. Unos ojos de escayola la miran desde muy arriba.
Sometimes you’ve gotta to break the rules / A veces hay que romper las reglas (2019-2022) es un proyecto de Tania Blanco desarrollado en la clandestinidad durante sus últimos años de formación en la Royal Academy of Arts de Londres. El proyecto reflexiona sobre el dispositivo de elementos que el mundo del arte pone en funcionamiento, su sistema de valores, su utilidad, sus intereses..., así como sobre el peso de la tradición y de los símbolos que perviven en este ámbito, en un tiempo que diverge del de la formación académica.
La exposición, que se presenta a modo de diario desordenado, está articulada en tres movimientos. El primero de ellos, y centro del proyecto, corresponde a la realización de unas piezas de cerámica tituladas Royal Burgers que la artista elaboró a escondidas. Mediante una técnica semejante al frottage, Tania Blanco colocó esferas de cerámica sobre algunas de las copias de esculturas clásicas de los pasillos de la Royal Academy y ejerció sobre ellas una ligera presión para que quedasen impresas en la arcilla las formas de estas esculturas. Luego las esmaltó en tonalidades metalizadas con el objetivo de otorgarles la apariencia de objetos de valor.
Fotografiar sus Royal Burgers junto a las esculturas en cuestión constituyó la segunda parte del proyecto; la tercera y última está formada por una serie de dibujos (tinta, acuarela y lápiz sobre papel) que recogen los mismos motivos que las fotografías.
Tomar las esculturas clásicas como punto de partida del proyecto, así como la puesta en circulación de las imágenes a través de su desdoblamiento en diferentes formatos (mediante su huella impresa en la cerámica, su reproducción fotográfica y su representación en delicados dibujos), constituye un acto de desorden, de alteración respecto a un ideal de belleza ligado a unos valores clásicos que, aunque son fundamentales en la cimentación de la actividad académica a partir del siglo xvii, en la actualidad forman parte de una estructura caduca totalmente alejada del carácter contemporáneo del arte.
Que las acciones fueran clandestinas no es un gesto gratuito. Forma parte, junto con el mecanismo de multiplicación y desplazamiento de las imágenes, del cuestionamiento que la artista aborda y que va más allá de lo que concierne al sistema de formación académica: sus figuras buscan interpelar ese mismo itinerario artístico. Sometimes you’ve gotta break the rules / A veces hay que romper las reglas se pregunta sobre el conjunto de dispositivos que rondan y encuadran al objeto artístico, reflexiona sobre cómo se sitúa el artista en cuanto que productor en el campo visual y analiza cómo debe ser su organización en el contexto de la esfera del trabajo. Y, a la vez, Tania Blanco consigue que la vibrante controversia que plantea se materialice con coherencia en su propia obra.
La serenidad y la intemporalidad de las formas elevan la imagen. Unos ojos de escayola la siguen mirando desde muy arriba.
Blanca del Río