Exposición pasada
Engel Leonardo
Bahoruco
18 de Febrero - 12 de Mayo, 2022
Nota de prensa

Engel Leonardo

N. Baní 1977. 

Vive y trabaja en Santo Domingo.


Bahoruco es la segunda exposición  individual de Engel Leonardo en Formato Cómodo.

 

 

La obra de Engel Leonardo es un cuidadoso estudio del Caribe y de su natal República Dominicana a través de la forma, las tradiciones artesanales y arquitectónicas, y los cambios-sociales, políticos, culturales. Basado en procesos de investigación sobre las técnicas artesanales que se desarrollan en distintas zonas del país, sus objetos, esculturasdan cuenta de los aspectos formales característicos y también de la idiosincrasia de la cultura dominicana.


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Bahoruco es una investigación en curso la cual gira en torno a tres ejes conceptuales y de estudio: Territorios, Espiritualidades y Ecosistemas del Caribe y las Antillas como espacios de resistencia al colonialismo, la modernidad y el capitalismo.


Territorios, por un lado, refiere a contextos físicos e históricos, a los bosques y los montes que alojaron las primeras rebeliones afro-indígenas de Abya Yala -o América- contra el poder colonial, con sus conucos, bateyes y manieles como fuerzas de resistencia y alternativas de vida a lo hegemónico.


Por otra parte, las Espiritualidades caribeñas y afro-atlánticas, la santería, el vudú haitiano y dominicano —o la 21 divisió— son vistas como alternativas a los dogmas del cristianismo europeo. Una nueva religión, no colonial, sin iglesias, sin paredes ni muros, flexible, que se adapta regionalmente, que está estrechamente vinculada a la naturaleza, que sincretiza ideas distintas y transforma las persecuciones y contradicciones en potencial liberador.


Por último, los Ecosistemas presentan estrategias y modos de supervivencia, reclaman sus derechos a existir y a ser diversos. Resistiéndose a las ideas racionalistas y totalizantes de la modernidad y a las lógicas del capitalismo extractivista.


Bahoruco se desarrolla a partir de una serie de viajes de investigación y peregrinación por espacios de resistencia, liberación y espiritualidad afro-indígena en las Antillas. Teniendo como eje y punto de partida la Sierra de Bahoruco, sitio de las primeras grandes rebeliones indígenas y africanas contra el poder colonial español en América.


La Sierra y su entorno se constituyen como un cuerpo sagrado. En donde sus accidentes y volúmenes, su historia, sus temporalidades, su memoria, sus ecosistemas y elementos emanan energía y sabiduría ancestral y natural.


Conocimientos que se deslizan por sus laderas hacia los valles y costas, hasta unirse a las resistencias históricas y vigentes de la isla, y a las luchas de las Antillas y el Caribe a través del mar. Desde los antiguos manieles hasta los actuales. Del lago Guarocuya y la isla Cabritos a la sierra de Neyba y la Beata; del río Mulito al agüita de Liborio. Y con una ofrenda de anones en la plaza ceremonial Maguana, se trepan como un vien-vien hasta los bosques de pino de Valle Nuevo y Manabao. Energías que se mueven del Aceitillar al Massif de la Selle, de las cuevas del Pommier y Mana a Bwa Kayiman, a Mata los Indios, al gagá de Batey San Luis y La Ceja, a los manantiales del este, al Parque Duarte y al Secreto Musical.


Este cuerpo de trabajo está compuesto por un conjunto de objetos y pinturas que dan testimonio de peregrinaciones y rituales por espacios de resistencia de la isla y las Antillas, a través de la incorporación de elementos de origen botánico, animal y mineral recolectados durante los últimos cinco años. Estos dispositivos, artefactos y máquinas para la transmisión de conocimientos ancestrales son una manera de entrar en contacto con fuerzas y energías: el nam presente en las piedras, en las hojas, raíces y ramas de las plantas; la tierra extraída por un solenodonte mientras se alimenta de larvas; el agua de manantiales y espacios rituales; la resina y los frutos del copey; las sonoridades del lambí, los tatú del gagá y la canoíta de los congos; las fibras de hojas de palma, las ceibas y un palo de guaconejo perfumado, talado ilegalmente en los bosques de la Sierra de Bahoruco para la producción de perfumes en el norte global.


Trabajos a su vez inspirados en la arquitectura y cultura material y ritual afro-indígena de la región. Así, se presentan objetos compuestos que se plantean como columnas o elementos arquitectónicos, contenedores, platos, quemadores, pedestales y vasijas con varas como antenas transmisoras integradas, basadas en formas y símbolos de origen africano e indígena de la isla y las Antillas.


Estos elementos activan antiguas fuerzas de seres vivos, físicos y espirituales, de pueblos originarios y fugitivos, de luases y orishas. Son máquinas cargadas con tecnologías y energías ancestrales para continuar resistiendo los embates del poder colonial en el momento actual. Herramientas para imaginar nuevas sociedades, nuevos futuros no coloniales.


La sierra de Bahoruco seguirá resistiendo, junto al solenodonte, que tiene allí madrigueras hace millones de años, junto al diablotín, al guaconejo y a las huellas de los vien-vien, y junto a los conocimientos de estas nuevas estructuras sociales que se formaron alrededor de los conucos, en bateyes y manieles fundados por mujeres bravas y por hombres bravos. Espacios que constituyen el principal origen de las culturas antillanas y caribeñas, y hacen del Caribe un territorio insurrecto, de aprendizaje y transformación.


Las revoluciones y rebeliones de la isla desde los primeros años de la colonia hasta la revolución haitiana y las luchas revolucionarias del siglo veinte contra el nuevo poder colonial en América están conectadas a los montes, a la espiritualidad afro-indígena de la resistencia.


Nunca fuimos criollos ni europeos, fuimos africanos e indígenas fugitivos, despojados de sus tierras y a quienes se intentó despojar de su cultura y de sus creencias. Hoy seguimos reencontrándonos con nuestro verdadero ser y nuestra esencia. Con nuestra ancestralidad, no tenemos 530 años, somos milenarios. Somos mujeres y hombres del monte, mujeres y hombres del futuro.


Si una vez lo blanco europeo logró imponerse como la única experiencia y estrategia deseable, replicable, imitable, hoy podemos, a través de la comprensión de nuestra experiencia negra e indígena, proponer alternativas para la utilización de nuevas tecnologías y estrategias de convivencia, supervivencia y bienestar, nuevas formas de relacionarnos con otros seres y con el planeta. Nuevas formas de organización política, social y ecológica.


Fragmento del texto de artista para la exhibición e investigación en curso, Bahoruco.


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Las relaciones entre lo humano y la historia, la arquitectura y la cultura material son algunos de los intereses centrales del trabajo de Engel Leonardo. Su producción suele basarse en investigaciones sobre cultura antillana, arquitectura moderno tropical y caribeña, historias reprimidas por la modernidad, y la transmisión del conocimiento indígena y africano a través de objetos generalmente vistos como artesanales, folclóricos o etnográficos.