Lo más nada posible
La exposición toma el nombre de un conocido aforismo de Alejandro de la
Sota, arquitecto español que transforma el conocido «Menos es Más» mediante su
visión pragmática de la arquitectura.
Y es esta la clave interpretativa en torno a la cual se construyen los
trabajos de esta exposición:
Mi interés está vinculado a los cambios acontecidos en el mundo de la
arquitectura en este periodo histórico concreto.
No solo se produce un cambio en los procesos constructivos en paralelo
al desarrollo industrial de la posguerra, sino que también el propio enfoque
proyectual sufre una profunda transformación.
De hecho el arquitecto deja de «diseñar» el detalle y comienza casi a
ensa
mblar soluciones tipológicas para las que elige
formas y materiales a partir de un catálogo.
Es justo en este periodo cuando el arquitecto
experimenta y mezcla nuevos elementos y por tanto nuevos materiales. Esta forma
de ensamblaje genera nuevas atmósferas:
También en las casas de la Sota la arquitectura se desvanece y se
transforma en una atmósfera en la que ya no existe invención sino intención.
Es la misma atmósfera que se encuentra en la obra de David Hockney
quien, en una serie de sus trabajos más conocidos, representa las nuevas casas
de Los Ángeles.
Me interesa experimentar este proceso creativo/constructivo asociando
materiales y terminaciones propias del mundo de la construcción con otros
materiales, elegidos a partir de catálogos procedentes de otros ámbitos de
aplicación, poniéndolos en relación según su utilización y funciones
originales. Se genera de esta manera una superposición de lenguajes que
constituye la estética en sí del trabajo.
Sin título – Serie de vidrios
Son las piezas de la muestra que reconstruyen de manera más didáctica
la idea del pragmatismo.
El contraste entre los materiales se proyecta en una dirección
pictórica:
El arenado sobre la superficie del cristal reproduce las salpicaduras
presentes en las obras de Hockney.
Los cristales, por contra, son sostenidos por elementos de madera
quemada según una antigua técnica japonesa: la pátina carbonizada a través de
la oxidación protege la madera a través del tiempo como si de un fósil se tratara.
Italia Mattone
Son bajos relieves de la serie en proceso
Italia, piezas que revelan la cualidad esencial de ciertas
características arquitectónicas, como la elegante simplicidad del arco. Cada
trabajo, concebido desde perspectivas irreales, es capaz de activar un
imaginario basado en la experiencia personal, las emociones y la imaginación
del espectador. Hay dos figuras históricas que son esenciales para la
interpretación de los trabajos: el arquitecto alemán Heinrich Tesenow y el
pintor italiano Giorgio de Chirico. Para ambos, el ser humano y la arquitectura
deben coincidir en uno solo. La proporción y la composición de la arquitectura
se encuentran gobernadas por el ser humano que es tanto la unidad de medida
como el sujeto que modifica el espacio que le rodea mediante su propia
experiencia, interpretación y sentimientos.
La serie de trabajos llamada
Venecia
En la serie de esculturas se utiliza la técnica del «sembrado a la
veneciana», un tipo de suelo continuo, fabricado en obras, que requiere toda la
maestría y artesanía necesarias para el proceso de realización in situ. Las placas
de sembrado colocadas unas al lado de otras acercan la técnica original a la técnica
modular de baldosas, invirtiendo la naturaleza del sembrado/proceso y
transformándola de artesanal a industrial.
Para enfatizar la idea de modularidad, las formas se unen mediante
fugas de colores. Una vez más, la intervención de un material que es «otro»
altera la percepción de una imagen familiar. En el lugar de las tradicionales
juntas entre «baldosas» se encuentra ahora una junta de goma, utilizada para amortiguar
las fricciones de las grandes máquinas-herramienta, un préstamo del mundo de la
producción industrial y -de nuevo- una superposición de imágenes familiares provenientes
de mundos y momentos históricos diversos.